Ser líder no se trata de tener todas las respuestas ni de marcar el camino de manera unilateral. Al menos, esa no ha sido mi experiencia.
Cuando alguien está aprendiendo, es natural ser una guía cercana. Pero llega un momento, después de la capacitación o al superar la curva de aprendizaje, en que el rol del líder debe transformarse. Ese es el punto donde el liderazgo se convierte en un intercambio, una oportunidad para aprender juntos y, sobre todo, para construir autonomía.
Soltar, pero no abandonar… Lo admito, no siempre es fácil. Soltar el control da miedo. Después de invertir tiempo y esfuerzo en enseñar, puede ser tentador querer permanecer cerca, supervisando cada detalle. Pero he aprendido que este control puede convertirse en un obstáculo para el crecimiento del equipo.
No se trata de "soltar y esperar lo mejor". Se trata de crear las condiciones para que las personas puedan probar, fallar y aprender, mientras saben que cuentan con el apoyo necesario para hacerlo.
En mi experiencia, fomentar la autonomía implica hacer preguntas que despierten el pensamiento crítico, como: ¿Qué alternativas has considerado? o ¿Qué crees que podría funcionar mejor y por qué?. Estas preguntas invitan a reflexionar y encontrar soluciones propias. También requiere escuchar más y hablar menos, validando no sólo las palabras sino las emociones de la otra persona, porque la escucha activa construye confianza.
Es fundamental reconocer los aportes, incluso cuando no sean perfectos; algo tan simple como decir: "Me gusta la dirección que estás tomando, ¿cómo podríamos mejorarlo juntos?" puede fortalecer la confianza de alguien. Además, es importante fomentar un entorno seguro para experimentar, donde los errores sean vistos como parte del aprendizaje.
El objetivo de un líder no debería ser crear seguidores, sino formar próximos líderes. La autonomía es el resultado de un proceso compartido, donde las ideas, las decisiones y el aprendizaje fluyen en ambas direcciones.
Cuando permitimos que las personas propongan, creen y decidan, no solo les damos herramientas para ser más autónomos, sino que también creamos equipos más fuertes, comprometidos, resilientes y preparados para enfrentar cualquier desafío.
Liderar, al final, es aprender a confiar en el potencial de los demás 🙌